Bizcocho de Lima con Mango Confitado y Ron Negro
¡¡¡Por fin tengo en mi poder los moldes y cajas de Mandisign!!!!. Mis tesoorooos….
Me llegaron ya hace algunos días, todos ellos monísimos, con sus correspondientes cajitas de plástico y su lacito… Perfectos!. Iguales, no, idénticos a los que exhibe Amanda en su web!. Si no los he utilizado antes, os aseguro que no ha sido porque me haya dado pena usarlos, de tan monos que son, no señor!!!. Estaba ya ansiosa, pensando en cada detalle, mirándolos como una posesa… jejeje… Ya me conocéis algunos… Caprichosa, detallista y perfeccionista a más no poder, así que, he pasado unos días recreándome en el «proceso creativo» y ya he destinado un uso para cada uno. Éste para mamá… este para papá… Es que son perfectos para regalos. Dulces y cariñosos regalos.
Como sabéis (ya lo sabéis, nooo???), estos moldes acaban de llegar a España desde Suecia, de la mano de Mandisign, proveedor oficial de Vestli House, una marca de gran éxito a nivel mundial que a mí, personalmente, me tiene loca!. No tenéis más que ver los diseños de los moldes para cupcakes, magdalenas y muffins (tienen varias tallas, como es debido), enamoran a cualquiera!!!. Las imágenes hablan por sí mismas.
Pero además de la excelente decoración, tenemos otros dos puntos fuertes: Eco-friendly 100%, desde los moldes en sí mismos, hasta el envase contenedor. En referencia a las cajas, están fabricadas con cartón antiadherente, así que olvídate de engrasarlas. ¿Sabes qué más?. Para este caso, un bizcocho, prácticamente se desmolda solo; mira a ver si tienes que pasar un cuchillo alrededor (probablemente no); tan solo aprienta ligeramente y al destensionar, verás que va saliendo solo…
Resisten desde temperaturas de congelación (no sé exactamente el punto), hasta 220º, lo que nos da idea de la enorme amplitud de recetas que podemos hacer ahí, incluyendo helados.
Y os aseguro, yo que los tengo ya en mis manos, que son igualeees… no hay trampa ni cartón. Bueno, cartón sí que hay, pero del bueno, siliconado y decorado con mucho estilo, como estas preciosas cajas en las que podemos hornear bizcochos, panes, cakes, o lo que nos dé la real gana.
No sé qué opinaréis vosotr@s, pero ya estaba bien leñes, tanto ingeniar cómo decorar las malditas magdalenas, o comprarlas fuera…
¡¡¡Por fiiiinnn!!!!. Moldes preciosos y de calidad en España. Gracias Amanda!!!!.
Vale, comenzamos con mi receta?. Pues sí, que a eso hemos venido!. Os cuento que preparé una tasa habitual de bizcocho para un molde redondo corriente. Con la masa que obtuve, podría haber llenado 3 cajitas decoradas de Vestli. Como el bizcocho era para regalar a mi hermanita (de 20 añazos…), le puse la masa con mucha cantidad de mango, así que, los trozos que véis en las imágenes, resultantes de el horneado con la masa que nos quedó, no son muy representativos… En realidad, el corte del bizcocho lleva mango por todas partes.
Antes de que me preguntéis qué es el mango confitado, os lo explico. Buscaba jengibre confitado y sólo encontré Chuches de jengibre. Así que… para lo que yo tenía en mente… no. Rotundamente no. Muy apetecibles, pero… jeje. Cambié la receta en un segundo cuando encontré este paquete, que rezaba: «Mango Dulce en Tiras». Como soy un desastre, he vuelto a tirar el etiquetado con la procedencia, era bastante informativo… En fin, pues muy similar a nuestros frutos confitados… menos dulce, diferente y muy rico.
INGREDIENTES (Para 1 Tasa, ó 3 Cajas Vestli)
- 100 g de Mango Confitado (= Mango Dulce en Tiras)
- 90 – 100 g Ron Negro (como tú quieras)
- 250 g de azúcar (yo puse 200 g + 50g de azúcar aromatizada con corteza de lima, que suelo hacer en casa)
- 300 g de harina de repostería, a la que habremos mezclado bien, 1 sobre de levadura Royal
- 6 huevos, separadas las claras de las yemas
- zumo de 1 lima (2 si ves que no es mucho)
- 100 ml de aceite
- Rayadura fina de 1 lima
- Azúcar glass, para decorar (la mía, aromatizada con lima)
PREPARACIÓN
- Lo primero, a tijeretazo limpio, corté el mango en trocitos y lo puse a rehidratar en un bol junto con el Ron negro. Dejé que se diera un buen festival durante unas horitas, hasta que quedó borracho del todo y ya no pudo absorber más ron. Para entonces, además de ebrio, estaba blandito y riquísimo.
- El resto del proceso es ya como siempre hacemos para un bizcocho cualquiera. Montamos las claras a punto de nieve y reservar en la nevera.
- Batimos las yemas con el aceite hasta doblar su volumen. Continuar batiendo y añadir el zumo de lima y su rayadura., además de los restos de ron que no haya podido beberse el mango.
- Incorporamos a la mezcla anterior las claras a punto de nieve, de forma envolvente, sin batir.
- Tamizamos poco a poco la harina sobre la mezcla anterior, siempre mezclando de manera envolvente, para no restar aire a la mezcla, lo que después se traduciría en una menor esponjosidad en el bizcocho. Aquí podemos poner cuidadosamente los trocitos de mango y tratar de que queden de manera «flotante» en toda la masa. En cualquier caso, si luego resulta que se nos van abajo (no lo creo), tampoco es el fin del mundo. Esas cosas a veces ocurren.
- Cuando tengamos una masa homogénea, la pasamos a un molde engrasado a una cajita decorada de Vestli House, dejando como límite hasta el borde lo mismo que en cualquier otro recipiente. No es preciso engrasar ni nada de nada.
- Hornea a media altura, a 180ºC, durante unos 40 minutos, aproximadamente. Vigila tu bizcocho. Ese fue mi tiempo de cocción, pero yo no conozco tu horno y has de tener en cuenta el tamaño de estas cajas.
- Para comprobar si el bizcocho ya está cocido por su interior, basta con introducirle un objeto punzante (un pincho de cocina…). Si éste, al sacarlo, sale limpio y seco, significa que el bizcocho ya está hecho.