Tarta San Marcos
Hace ya tiempo la madre de una amiga de mi hija pequeña me encargó una tarta para un cumpleaños, la quería de yema y trufa, así que la idea de hacer una tarta San Marcos me pareció perfecta, pero en lugar de alternar una capa de nata con una de trufa yo puse las dos de trufa y fue todo un éxito. Si vosotros queréis hacer la versión original basta con hacer ese pequeño cambio. Como era la primera vez que la hacía estuve investigando en varios sitios (gracias a Cris, de Alimenta!!) aunque finalmente acabé cogiendo cada cosa de un sitio y cambiando un poco algunas cosas. Lo que sí hice tal cual fue la crema de yema de Sara, una amiga de mi hija Llanos que hace unas tartas y unas galletas gigantes preciosas, no dejéis de pasaros por su blog http://atrapazucar.blogspot.com . En realidad es una crema de huevo, puesto que también lleva las claras, pero nos encantó porque es sencillísima, estaba deliciosa y es una receta de su madre que Sara guarda como oro en paño.
La tarta fue para el cumpleaños de la chica y a pesar de que los destinatarios eran bastante jóvenes les encantó a todos y fue un éxito total, animaos a hacerla porque el resultado es espectacular y realmente es mucho más sencilla de lo que parece.
INGREDIENTES:
- para el bizcocho (molde de 24-26 cm)
– 6 huevos
– una pizca de sal (aunque yo no se la pongo)
– 150 g de azúcar
– 175 g de harina
– 75 g de maizena
– 2 cucharadas de levadura
- para el relleno de trufa
– 200 g de nata para montar (mínimo 35% de materia grasa)
– 100 g de chocolate de postres
- nata estabilizada para adornar
– 300 g de nata para montar
– 3 cucharadas soperas de azúcar glass
– 2 hojas de gelatina (previamente hidratadas)
– 2 cucharadas soperas de agua caliente (no hirviendo)
- para el relleno de yema (siempre la misma cantidad de huevo y azúcar y la mitad de mantequilla)
– 300 g de huevos (pesados sin cáscara)
– 300 g de azúcar
– 150 g de mantequilla
- para el almíbar
– 100 g de azúcar
– medio litro de agua
– media copa de brandy
- para decorar
– azúcar para espolvorear por encima (cantidad suficiente, yo usé 4 ó 5 cucharadas soperas)
– almendra crocanti o fileteada.
PREPARACIÓN:
Empezamos preparando el bizcocho. Precalentamos el horno a 180º. Untamos el molde con mantequilla y espolvoreamos con pan rallado (aunque yo uso un spary desmoldante que es una maravilla) Separamos las yemas de las claras y batimos éstas últimas a punto de nieve, si vamos a utilizar la sal se la añadimos en este punto. Batimos las yemas con el azúcar hasta duplicar volumen y sobre esta crema vertemos las claras, incorporándolas con movimientos envolventes. Aparte tamizamos la harina, la maicena y la levadura y vamos añadiendo poco a poco a la crema de huevos y azúcar con cuidado de que no baje. Llenamos el molde con la mezcla*, alisamos con el dorso de una cuchara y colocamos en el centro del horno; horneamos durante 30 minutos aproximadamente, o hasta que al pinchar el bizcocho con una aguja salga limpia. Una vez esté listo, dejamos reposar 5 minutos en el horno apagado; transcurrido el tiempo lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar sin desmoldar. Cuando el bizcocho está templado lo desmoldamos sobre una rejilla y lo dejamos reposar durante un mínimo de seis horas cubriéndolo con un paño limpio, aunque yo lo dejo de un día para otro.
*otra opción es hornear el bizcocho en tres moldes iguales, de manera que luego no tendremos que cortarlos, nos quedarán todos iguales y tardarán menos en hacerse, con lo que además ahorraremos en la factura de la luz
También con antelación hacemos el relleno de trufa, pues tenemos que dejarlo enfriar varias horas. En una cacerola calentamos la nata; cuando comienza a hervir la apartamos del fuego y añadimos el chocolate en trozos. Una vez disuelto lo dejamos atemperar y después refrigeramos hasta que esté muy frío, cosa que también hago el día anterior, dejándolo toda la noche me aseguro de que esté a la tmperatura adecuada. Cuando lo vayamos a usar simplemente montamos con las varillas y listo.
El almíbar también es aconsejable hacerlo con antelación o nos estropeará los rellenos. En una cacerola ponemos el agua con el aúcar y llevamos a ebullición, cuando rompe a hervir bajamos a fuego medio y dejamos cocer durante diez minutos.
La nata la prepararemos en el mismo momento de montar la tarta, aunque al estar estabilizada no nos bajará ni una pizca. Antes de montarla es aconsejable que tanto el recipiente como las varillas (y por supuestísimo la propia nata) estén muy fríos, bastará con meter los instrumentos en la nevera una media hora antes. En primer lugar procedemos a estabilizar la nata: disolvemos las hojas de gelatina ya hidratadas en el agua caliente y la dejamos enfriar diez minutos.Mientras la gelatina enfría montamos la nata a velocidad alta, cuando está semimontada añadimos el azúcar despacito, y a continuación la gelatina disuelta -ya fría- muy poco a poco.
La crema de yema también la haremos el mismo día de montar la tarta, ya que si enfría del todo queda muy compacta y resulta difícil de extender. Batimos los huevos con la batidora y los llevamos a fuego lento con el azúcar sin parar de remover, puesto que se pega con facilidad. Cuando el azúcar se ha disuelto añadimos la mantequilla. Esperamos que espese, tiene que quedar con grumos, y apartamos. Entonces volvemos a pasar la batidora hasta obtener una crema muy fina.
Ahora que ya tenemos todo listo montaremos la tarta. El primer paso es dividir nuestro bizcocho en tres discos, de manera que tendremos dos capas de relleno. En una base para tarta ponemos la primera capa de bizcocho, bañamos con el almíbar y ponemos una buena capa de trufa, procurando que quede lo más nivelado posible, y repetimos la operación con el otro disco de bizcocho y el resto de la trufa. Cubrimos los laterales con la nata y vamos alisando, aunque no hace falta que quede perfecta, pues adornaremos por encima con la almendra. Sobre la parte superior de la tarta vertemos la yema y alisamos. Espolvoreamos el azúcar por encima y quemamos con un soplete. Decoramos al gusto con la manga y disponemos la almendra por todo el contorno de la tarta. Realmente la consistencia de la nata es perfecta para hacer rosas o marcar cenefas, ya que queda realmente sólida y estable, así que la decoración puede ser como más os guste.
Se ve de maravilla…… me ha gustado y nunca la he hecho……
El resultado es espectacular y con un poco de tiempo por delante se puede hacer un pequeño milagro :o)
Besos,
palmira
Mi hijo pequeño se llama Marcos y supongo que por eso siempre en su cumple habia una de estas, yo no me he metdo nunca en hacerla aunque viendo la tuya se que no tengo nada que hacer, es perfecta. Besos
Me parece una tarta muy buena, la mejor porque me encanta la nata…nosotros también hicimos una el pasado viernes para un encargo!!!
Besos
Qué ganas le tengo a esta tarta, pero tengo que hacerla algún día que nos juntemos muchos o va a ser un peligro.
Te ha quedado muy bonita.
Besos guapetona.
Peroque tarta tan maravillosa te ha quedado!!! dan ganasde llevársela enterita pa casa y comérsela de una sentada!
Has hecho muy bien de hacer cambios,yo lo hago constantemente así quedan siempre recetas personalizadas a la para que exclusivas! jejejeje
Mil besitos guapísima
Maravillosa esta tarta, me encanta la San Marcos, pero nunca me he atrevido ha hacerla, siempre me he tenido mucho respecto a las cremas de huevo. Pero tu siempre haces que todo parezca sencillo.
Un besote
Si es que es éxito asegurado verdad?
Y tu relleno me ha encantado.
Te estás aficionando a las tartas y lo haces genial.
Besazos.
Oh…tremenda torta…!!!
Esto voy a tener que probarlo, ¡es una auténtica maravilla de tarta!.
El relleno, estupendo, ¡me encanta la trufa!.
Y esa crema de yema, o de huevo entero, me ha gustado también muchísimo.
Un besote, guapa.
Mari Carmen te ha quedado una tarta de escaparate de confitería.
No puedo comer estas cosas tan ricas,pero el golosón de mi marido daría cualquier cosa por catar un cachito.
Besos y buen domingo.