Crema de Malanga y Calabacín
Esta receta que os traigo hoy, es más bien una propuesta como alternativa exótica a los miles de recursos que tenemos ya para incluir en nuestra Operación Maldito Bikini, de la que muchos sabéis que yo no soy muy partidaria… Prefiero mantener unos hábitos de dieta saludable todo el año, en la que no excluyo los dulces, eso sí, en consumo muy moderado y NADA DE BOLLERÍA INDUSTRIAL. Todo hecho en casa, por supuesto. Gracias mamá, por haberme enseñado la importancia de este concepto.
Como os decía, lo que os propongo es tan, tan fácil, que ni siquiera parece una receta!… Digamos que se trata más bien de una base, para que luego con ella elaboréis a vuestro gusto una crema diferente, según vuestras preferencias culinarias y también según lo estrict@s que seáis en vuestras dietas. La Malanga aporta a la crema cierta cantidad de hidratos de carbono, el aporte calórico del calabacín ya sabéis que es mínimo. El salteadito del principio no va a suponer el Apocalipsis, desde luego que no. Y, si de segundo plato, tomáis una ración de carne o pescado a la plancha, acompañado de ensalada verde, completando con un postre ligero, pues ahí tenéis vuestro menú comida de dieta (la cena ya sería otra cosa, claro).
Os comento que el sabor es muy distinto al de una crema de calabacín corriente; es de un aroma intenso, con un fondo parecido a nueces, que se mantiene en el paladar… muy rico. Y la textura, dónde va a parar!, mucho más cremosa, envolvente y agradable. Me encantó, así que pienso repetirla muchas veces, variando y probándola con diferentes condimentos. Ya os contaré.
INGREDIENTES
- 500 g de Malanga (en mi caso, 3 cormos, que pesé sin pelar). Pélalos, lávalos y córtalos gruesos, como si fueran patatas para hervido.
- 300 g de Calabacines, cortados en rodajas gruesas, sin pelar
- La parte blanca de un puerro gordo, cortada a rodajitas
- Un chorrito de aceite de oliva para sofreir el puerro
- Sal
PREPARACIÓN
- En una cazuela (donde ya de paso lo herviremos todo) sofreir unos minutillos las rodajas de puerro, hasta que estén blanditas. Apartar del fuego e incorporar la malanga.
- Incorporar agua, la justa para cubrir la malanga y tres o cuatro dedos más. Agregar un poco de sal y llevar a ebullición.
- Dejar que hierva suavemente unos 20 minutos o hasta que los trozos de malanga estén tiernos. Durante el proceso, veréis cómo van liberando el almidón y se espesa el caldo. Puede que necesite algo más de agua, así que estad pendientes, por si acaso.
- El calabacín, lo añadimos cuando observemos que a la malanga parece quedarle ya poquito tiempo de cocción. Así, ambas verduras terminarán de cocerse prácticamente al mismo tiempo.
- Ya está todo cocido, así que vamos a triturar. Pon SOLO las verduras en el vaso de la batidora y tritura. Ve añadiendo caldo hasta que la textura te parezca que es ideal para tu gusto. Prueba y rectifica la sal si es necesario. Y ya está. Chimpúm.
Esta vez, como véis, no he puesto especias, ni aderezos, «cosas raras» (dicen algunos, jejeje…), así que ya lo dejo todo a vuestra imaginación, porque la encontraremos en cada rincón, en cada cajón y cada estante de nuestras cocinas. Cada uno, que la busque a su manera…